Laxe, A Coruña
Tendría yo unos 14 años cuando conocí a M.
Era verano, principios de agosto y con mi pandilla de verano nos dirigíamos al puerto, como casi todas las noches, con nuestras botellas de vino a granel, sacado del barril del bar de la plaza, el Bar Plaza. La guitarra y muchas ganas de reír y de contarnos todo lo sucedido en el largo invierno nos acompañaban.
Ella, M., un par de años mayor que yo; su hermano S. y el amigo de ambos, F. estaban recién llegados del País Vasco, de Donosti. Habían alquilado por primera vez un apartamento en el lugar y todavía no conocían a nadie y buscaban una cuadrilla para divertirse.
- ¿Dónde podemos tomar una copa y bailar un poco?
- Creo que somos la mejor opción en 20 km. a la redonda.- Explicó alguien...
Y se unieron a nosotros entre risas y besos de presentaciones. Enseguida llamó mi atención. Pelo largo, encaracolado, rubio trigueño, alta y fuerte...
Fue mi primer gran amor.
Duró algunos veranos más y las largas cartas que escribíamos en invierno las enviábamos a diario con los sobres llenos de dibujos.
Hace cinco, seis años, no sé... tal vez más, no estoy seguro; de casualidad supe que se había trasladado a trabajar a Santiago, precisamente en el mismo sector que el mio. Pero ninguno de los dos hicimos nada por vernos de nuevo. No volvimos a mantener contacto desde que ella, un buen día, dejó de venir a veranear a Galicia y las cartas se distanciaron tanto que poco a poco, sin rupturas traumáticas, cada uno voló por su lado. Agur eta maite zaitut.
Sevilla, octubre de 2006, más de veinte años después...
Una llamada de teléfono:
- Dicen que es una llamada muy urgente... ¿Te puedes poner?.- Pregunta la voz de la recepcionista.
- Está bien, pásamela.- Tengo la mala costumbre de coger todas las llamadas sin preguntar de que coño quieren hablar conmigo... pero ese es otro tema.
- Hola, soy M. de P.L. de Santiago... Tengo un problema...
Obviamente no reconocí su voz, pero sí relacioné su nombre y el de su empresa de forma inmediata.
Supe que era ella. Escuché temblando lo que tenía que decir... Es una buena profesional, tengo que reconocer que sabe hacer su trabajo.
No le pude ayudar, si lo hiciese convertiría su problema en el mío. Aún así me identifiqué, le conté quien era... No le costó reconocerme...
Estuvimos charlando un buen rato... me contó y le conté...
Sorprendidos ambos por la casualidad, quedamos en vernos la próxima vez que vuelva a Santiago, la próxima con algo de tiempo... a final de mes, tal vez...
Me gustó, después de tanto tiempo, volver a charlar con ella. Hizo que recordase buenos tiempos vividos en la adolescencia...
Al fin y al cabo...no volví a hablar con nadie de aquella pandilla desde hace...buff.... ¿Qué será de ellos?
Ahora sé, de primera mano, lo pequeño que puede llegar a ser este complicado mundo.
11 comentarios
Toño -
ojos claros -
TERREMOTO -
Un compi -
Picasso -
Anónimo -
Besos coleguita.
LauRa -
Besos!
TERREMOTO -
Esepro que el encuentro sea lleno de recuerdos hermosos, pero joìooooooooooo, deja 10 minutitos para tomar un cafè conmigo que te caneooooooooo, prometo que si llueve, èsta vez no nos mojamos.....;-)
Besitos con reencuentro
Nadia Lee -
Noa- -
Saludos
tumejoramig@ -
Ojalá puedas verla a fin de mes, y sea una experiencia preciosa para ti.
Cariños (te dejé un e-mail).