Como se está acabando el curso y quiero aprobar voy a hacer los deberes que me ha puesto TERREMOTO. Debo de contar ocho secretos, cosas que nadie (o casi nadie) sabe.
Por primera vez y sin que sirva de precedente.
Ahí van algunos de mis secretos confesables. Porque sabes que tengo más... pero son secretos-secretos.
Ah, y no pienso poner a nadie en el compromiso. Aquí por mi parte se rompe la cadena.
1.- ODIO EL FÚTBOL. Prefiero el baloncesto, aunque diga el CIS que es el cuarto deporte nacional después de aquél, del automovilismo y del ténis. En fin...
2.- ME GUSTA CONDUCIR. Aunque no tengo un BMW. Y siempre, siempre me pongo el cinturón y el que venga conmigo debe de hacerlo también. Y respeto las señales de tráfico, sobretodo los pasos de cebra, los stop y los ceda el paso. Mi sueño es una moto de gran cilindrada. Tal vez sea mi próxima gran compra.
3.- ME ARREPIENTO DE NO HABER PASADO MÁS TIEMPO CON MI PADRE. Pero la mayor parte de la culpa la tuvo él.
4.- ME TOMO MI TRABAJO MUY EN SERIO. Tal vez demasiado. A veces incluso he cambiado a mi familia por mis obligaciones profesionales. Y esto me ha traído más de un disgusto.
5.- NO ME ARREPIENTO DE HABER VENIDO A SEVILLA. No pienso volver a la Feria, ni a la Madrugá, no pienso ir a los toros, pero.... NO SOPORTO EL CALOR. Y aquí he vivido en agosto cuarenta y nueve grados y puedo jurar que tomar a una cerveza bien fría con esta temperatura es una de las sensaciones más agrables que he tenido.
6.- ME GUSTARÍA VOLVER A HABLAR CON UNA PERSONA. Una en concreto, con la que he terminado muy mal. Sentarme con ella después de todo este tiempo delante de un earl grey y contarle abiertamente todo lo que se me ha pasado por la cabeza durante este último año.
7.- NO ME ARREPIENTO DE HABER VIVIDO MUY DEPRISA DURANTE GRAN PARTE DE MI JUVENTUD. He aprendido muchas cosas que ahora, con la cabeza más fría, me sirven para ver la vida desde otra prespectiva.
8.- ME GUSTA EL MAR. Me gusta verlo y sobre todo escuchar el ruído de las olas de mi Atlántico. De pequeño hacía acampada con mis padres y recuerdo quedarme dormido con el monótono sonido de las olas de A Costa Da Morte cuando rompen en la playa un día de viento noreste. Esto lo llevo grabado en mi memoria y ahora, cuando no soy capaz de conciliar el sueño, pienso en el.
Vaya, si ya van ocho......
Ea. Yatá.